El 80% del éxito de un tratamiento está en hacer un buen diagnóstico. Si hacemos un buen diagnostico podremos diseñar un buen plan de tratamiento.
El análisis facial, de la sonrisa, de los dientes y el análisis etiológico nos facilita un buen diagnóstico.
Análisis facial
Cada cara exige su propia sonrisa. Para ello es importante analizarla tanto de frente como de perfil y así poder determinar que queremos mantener y que quereros mejorar.
Se valora la simetría de la cara tanto de manera vertical como horizontal utilizando la regla de los tercios; si el tercio inferior de la cara está aumentado, disminuido o correcto respecto a los dos tercios superiores.
Valoraremos, también, si en reposo los labios están en contacto (sellado labial) o no tienen contacto (incompetencia labial).
Analizaremos también si la línea media de los dientes esta alineada con la cara o no.
Desde esta perspectiva, vamos a conocer la curvatura del perfil de la cara, el contorno del pómulo y el límite anterior de los dientes.
Esta curvatura la analizaremos valorando diferentes aspectos como son:
- La proyección de la nariz
- El ángulo subnasal
- El ángulo sublabial, también conocido como el ángulo de la belleza
- La proyección del mentón
- La línea cervico-mental, conocida como la papada
El análisis de la sonrisa implica tanto una perspectiva estática (sonrisa de fotografía) como dinámica.
Se valora tanto la posición del contorno del labio superior como inferior. La posición del labio superior determina si la sonrisa es alta (sonrisa gingival), normal o baja.
Debemos tener en cuenta la edad del paciente y los cambios que aparecerán con el paso del tiempo ya que el labio superior irá bajando.
Valoraremos también el contorno del labio inferior y la relación que tiene con la curvatura de los dientes superiores (curvatura de la sonrisa).
Con el análisis facial y de la sonrisa nos hacemos una idea de dónde nos gustaría posicionar los dientes en la boca para mantener o mejorar algún aspecto de la cara.
Es importante analizar la posición de los dientes para saber qué movimientos deben hacerse para colocar éstos en una correcta posición tanto a nivel funcional como a nivel estético.
Evidentemente existe una limitación de movimientos de los dientes marcada por el arco del hueso maxilar y de la mandíbula.
A parte de pensar en la mejor posición de los dientes y en cómo lograr esos objetivos uno de los puntos más importantes es una vez hayamos obtenido el resultado mantenerlo en el tiempo.
Para ello debemos conocer la causa que ha creado esa malposición para eliminarla o corregirla y así poder garantizar un mejor mantenimiento a lo largo del tiempo.
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