Ambos sistemas tanto Invisalign como ortodoncia lingual, son tratamientos altamente estéticos.

Aunque invisalign es prácticamente invisible, como el paciente va a llevar attachments, y el alineado encima, podría ser ligeramente visible. Mientras que a ortodoncia lingual, no se ve.

La carencia de brackets y arcos, y el hecho de poder quitarse puntualmente los aligners de Invisalign, lo convierten en el sistema de ortodoncia más cómodo de los dos. Aunque ambos requieren de un tiempo de adaptación hasta que el paciente se habitúa a la presencia ya sea de los alienadores a la presencia constante de los brackets en contacto con su lengua.

Cuando hablamos de higiene buco-dental, los aparatos de ortodoncia en general siempre tienden a ser un inconveniente. No ocurre así con Invisalign que, gracias a que sus férulas son removibles, permite mantener una higiene dental convencional.

Cada férula de Invisalign, que se cambia cada 15 días, realiza un movimiento aproximado de unos 0,25 milímetros. Se trata de un movimiento constante aunque muy leve y, por lo tanto, prácticamente imperceptible para el paciente. Es por ello que en los casos en los que el paciente lleva Invisalign se producen menos molestias que con otros aparatos de ortodoncia.

La acción de la ortodoncia lingual, gracias a que es fija y que actúa constantemente, puede percibirse un poco más. Sin embargo, siempre dependerá del problema de alineación y/o maloclusión que padezca cada paciente.

Esto lo decidirá el especialista en ortodoncia, ya que todas las técnicas tienes sus ventajas e inconvenientes, que el algunos casos los inconvenientes pueden ser ventajas y viceversa. Por lo tanto, esta decisión se tomará una vez realizado el estudio de ortodoncia, donde el ortodoncista planteará las diferentes opciones de tratamiento que existen con sus ventajas y desventajas.

En cuanto a la duración de las visitas para realizar la revisión del tratamiento, Invisalign resulta más ventajoso que la ortodoncia lingual, ya que las consultas son mucho más corta gracias a que no requieren de los ajustes precisos propios de la ortodoncia con brackets.

A pesar de que los avances en la ortodoncia han permitido reducir el número de restricciones a la hora de comer, el uso de brackets siempre exige una dieta “especial” libre de alimentos que puedan poner en peligro la adhesión del bracket al diente. Es por ello que no se recomendará el consumo de alimentos duros, pegajosos u otros que puedan despegar el bracket, como comer bocadillos o manzanas a mordiscos.

Por su parte, gracias a que Invisalign es removible, podrás comer cualquier tipo de alimento sin ningún tipo de restricción; te quitas la férula, comes lo que quieras, te lavas los dientes y vuelves a colocarte el aligner.

Debido, precisamente, al consumo de ciertos alimentos no recomendados, la ortodoncia lingual puede exigir visitas de urgencia al dentista para colocar un bracket despegado, o por alguna molestia especial. Invisalign, en cambio, no implica ninguna de estas emergencia, por lo que las visitas al ortodoncista se limitarán a las revisiones pactadas con anterioridad.

Como se ha comentado anteriormente, se trata de dos tratamientos de ortodoncia muy cómodos, sin embargo, ambos requieren de un breve proceso de adaptación que afecta también al habla. Aunque a medio plazo ninguno de los dos interfiere en dicho aspecto, los primeros días en el caso de Invisalign, o semanas en el caso de la ortodoncia lingual.